sábado, 3 de enero de 2015

PENSAMIENTO ESTRATÉGICO Y LA CREACIÓN DE OCÉANOS AZULES EN LAS ORGANIZACIONES

LA ÚNICA MANERA DE VENCER A LA COMPETENCIA ES DEJAR DE TRATAR DE VENCERLA ( ESTRATEGIA DEL OCÉANO AZUL)

Al leer el primer párrafo de este articulo muchos se preguntaran : ¿como puedo lograr vencer a la competencia si no planteo las acciones adecuadas para poder superarla?

W. Chan Kim y Renée Mauborgne en su libro la estrategia del Océano Azul  imaginan el entorno competitivo compuesto por dos tipos de océanos: los océanos rojos y los azules. 

En los océanos rojos, las fronteras de las industrias están definidas y aceptadas y se conocen las reglas del juego. En ellos, las compañías tratan de superar a sus rivales a fin de llevarse una mayor participación en la demanda existente, el pensamiento estratégico de los últimos 25 años se ha centrado en los océanos rojos donde prevalece la competencia.
Por otra parte, los océanos azules se definen como espacios de mercado no aprovechados y por la creación de demanda y oportunidades para un crecimiento altamente rentable. En los océanos azules, la competencia pierde su validez porque las reglas del juego todavía no existen.

El pensamiento estratégico tradicional  ha gravitado sin lugar a dudas alrededor de las estrategias para los océanos rojos donde impera la competencia. La explicación radica en parte en la gran influencia de la estrategia militar a partir de la cual se originó la estrategia corporativa. El lenguaje mismo de la estrategia está profundamente matizado por referencias militares: los "altos mandos", los empleados "rasos", el frente de "batalla". Descrito en esos términos, la estrategia es cuestión de enfrentar a un oponente y luchar por un determinado territorio limitado y constante a la vez.

En el universo de la industria y los negocios hemos podido ver que su comportamiento nunca ha sido constante como el de la guerra. Por consiguiente, centrar la atención en el océano rojo es aceptar los principales factores restrictivos de la guerra, el terreno limitado y la necesidad de vencer al enemigo para alcanzar el éxito y negar la fortaleza que distingue el mundo empresarial: la capacidad de crear océanos nuevos sin competencia.